viernes, 29 de noviembre de 2013

De burbujas y otras anomalías. Conclusión

Tulip breaking virus: Virus del tulipán que provoca policromatismo en su flor.

Nivel intermedio

Una de las muchas leyendas que rodean la figura de Henry Ford cuenta que una vez que fue a limpiarse los zapatos, el limpiador al percatarse de quien era su cliente, empezó a contarle que había recogido sus ahorros y los había invertido en bolsa. Eran los felices años 20 y todo era optimismo en la sociedad. La bolsa llevaba varios años subiendo, había cada vez mayor producción de bienes y los adelantos tecnológicos se sucedían unos tras otro. Henry Ford al llegar a su oficina ordenó: que retiren todas las inversiones. Si hasta el limpiabotas invierte en bolsa, ¿quien queda por invertir?. Poco después sucedía el crack del 29.

Según estudios de Jean-Paul Rodrigue una burbuja se produce cuando se transfiere la futura demanda de un producto al presente. Esto quiere decir que aquello que se demandará en un periodo que puede ser largo de tiempo se transfiere y se comprime en el periodo de tiempo actual. Cuando la burbuja estalla, la demanda futura es menor que la debería si no hubiera habido burbuja porque esa demanda ya se había consumido.

Un gráfico que representa una burbuja ideal:

Cuyas fases son:

  • Stealth (sigilo). Aquellos inversores con mejor acceso a la información y mayor capacidad para entenderla (smart traders), detectan una emergente oportunidad de ingresos futuros. De forma apenas apreciada por el público, los chicos listos toman posiciones de forma creciente a medida que las noticias fundamentales corroboran sus expectativas. El precio sube ligeramente
  • Awareness (concienciación). Los grandes inversores perciben esa subida de precios y aportan mayores posiciones (big money). Repunta la subida. Suele haber una bajada al final como consecuencia de toma de beneficios. Aquí es aprovechado por más smart traders para retomar de nuevo. Se atrae la atención de los medios primero prensa especializada y luego la generalista.
  • Mania (manía). El público, las masas, entran en acción. La búsqueda de "la mejor inversión de su vida", el retiro rápido y la creencia generalizada de que siempre podrás vender al día siguiente y recuperar la inversión hace que el dinero fluya de forma exponencial. A más inversión, más sube los precios. A mayores subidas más atención recibe y más público entra en la inversión. No hace falta decir que los smart traders ya se están apeando y muchos inversores institucionales también. Estamos en la exuberancia irracional. Ya no se trata de una inversión sino de la codicia. Se toman créditos, se endeuda más allá de lo razonable y la banca lo favorece prestando barato. Comienzan los avisos de que algo no funciona bien. La burbuja está a punto de estallar.
  • Estallido y nuevo paradigma. Suele haber un disparador, algo que cuando ocurre hace que todo el mundo abra los ojos de golpe y vea que hoy es diferente que ayer. Una creencia generalizada, una fe casi religiosa, desaparece y todos se vuelven apóstatas a la vez. Aún hay algunos que intentan negar la evidencia, y dicen que es algo temporal, que todo volverá a la "normalidad" y seguirán subiendo los precios, pero pocos les creen. Todos, en manada, quieren deshacerse de aquello que habían comprado y por lo que se habían endeudado, sean casas, acciones, portales de internet o incluso tulipanes. La velocidad de caída es mayor que la de subida. Se producen bancarrotas de los más endeudados que aceleran aún más las caídas. El precio ha caído por debajo de lo que debería haber sido sin burbuja. Se puede pensar en comprar, los smart traders lo hacen porque siempre ganan. El gran público no quiere saber nada de "la peor inversión de tu vida" y paga las consecuencias.
En este análisis se hace evidente la influencia de la psicología de las masas en el valor de las cosas. Es posible que alguien haya visto un paralelismo en las ondas de Elliot, de las que ya hablaremos y el gráfico anterior. De forma individual, los humanos son impredecibles, tienen libre albedrío, pero de forma colectiva presentan patrones que se repiten en el tiempo por lo que existe cierta predecibilidad. Ésta es la base en la que se sustenta las finanzas conductuales y su derivado el análisis técnico, que será la siguiente entrada que veremos.

Otras anomalías

A medida que la influencia de la teoría de los mercados eficientes perdía terreno, los investigadores se lanzan a la caza de más anomalías, aparte de las burbujas, que la desmintieran. Una clasificación puede ser:


  • Efecto Enero. Se ha comprobado que sistemáticamente a finales de año suele haber una bajada en la bolsa seguido a principios de enero con una subida. Se la relaciona con razones tributarias.
  • Efecto cambio de mes. En el que la mayoría de los rendimientos de las acciones en bolsa está comprendido entre el último de mes y la primera quincena del siguiente, sin encontrarse una razón lógica que lo explique.
  • Efecto día de la semana. Aunque estadísticamente todos los días deberían ser iguales en cuanto a rentabilidad en bolsa, la realidad es diferente. La rentabilidad de los lunes es inferior al resto de la semana. La rentabilidad de los viernes es superior. Ambos efectos combinados da lugar al "efecto fin de semana": la diferencia mayor en rentabilidad entre sesiones es en fin de semana. Se ha estudiado si los días festivos son equivalentes a los fin de semana, encontrándose que los días previos a un festivo son anormalmente altas, llamándose "Efecto vacacional".
  • Anomalías en la valoración de activos. Estos hacen referencia a patrones que se repiten acerca de la valoración de empresas en función de su tamaño y ratio PER y la anomalía "book-to-market".
    • Efecto tamaño. Según la cual las empresas de menor tamaño tienen una rentabilidad en bolsa que las de mayores tamaño, lo que contradice el actual modelo de valoracion de Activos de Capital (CAPM). Este efecto está siendo muy estudiado debido a la controversia que genera al cuestionar el CAPM.
    • Efecto PER (relación entre precios y beneficios). Con el que se hace referencia al hecho de que las acciones con un ratio PER bajo proporcionan unas rentabilidades superiores al promedio del mercado.
    • Efecto "book-to-market". En la que  la rentabilidad media de los títulos cuya relación valor de mercado-valor en libros es elevada, resulta ser significativamente mayor a la rentabilidad media de los títulos cuya relación es más reducida.
  • Efecto Sobrereacción. En el que los inversores dan una respuesta mayor a las últimas noticias y valoran los activos "olvidándose" del comportamiento pasado de ese activo. Luego hay un ajuste al valor apropiado.
  • Efecto Infrareacción. Equivalente al anterior pero de significado contrario. Ambos efectos se producen según los defensores de las finanzas conductuales debido a oleadas de optimismo u pesimismo que afectan a los inversores.
Conclusión
No seré yo quien determine quien tiene razón en esta discusión si ni siquiera la academia sueca lo ha hecho. Pero si uno quiere invertir en cualquier valor debe creer necesariamente en las razones de las finanzas conductuales. Nadie querrá invertir en algo donde lo perderá todo según la EMH. Así que, advertido hasta la saciedad sobre los riesgos de invertir en bolsa y en FOREX, ya puede seguir en las siguientes entradas.
Para finalizar, acabaré la entrada tal como la empecé. Esta vez con la cotización diaria de Bitcoin frente el dolar del último año. He añadido una media móvil para suavizar los datos. Saquen sus propias conclusiones.






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